A medida que el cambio climático se acerca al punto de no retorno, recuerda: tras el 11 de septiembre de 2001, el FBI declaró que los y las activistas medioambientales eran el enemigo nº 1.
Mientras las temperaturas se disparan, recuerda cómo los políticos aprobaron leyes para proteger a los especuladores de los combustibles fósiles.
Mientras los huracanes azotan la costa, recuerda cómo los policías rociaron con spray de pimienta los ojos de los manifestantes.
Mientras las inundaciones destruyen ciudades, recuerda a toda la gente que maltrataron en Standing Rock.
Mientras los bosques se convierten en humo, recuerda cómo la policía antidisturbios cargó contra las multitudes para poder ampliar la mina a cielo abierto de #Lutzerath.
Mientras los casquetes polares se derriten, recuerda cómo los fiscales acusaron a los jóvenes de terrorismo por intentar proteger el medio ambiente del que todos dependemos.
Recuerda quién es el responsable.
Si no fuera por su violencia, hace tiempo que podríamos habernos ocupado de los que impulsan el cambio climático.
A cambio de unos pocos dólares, nos están imponiendo el fin del mundo.